Los Instrumentos Financieros Derivados (IFD) son contratos cuyo valor se basa en el precio de otro activo -acciones, índices, valores de renta fija, tasas de interés, tipos de cambios o también materias primas- y que se caracterizan por fijar una fecha de liquidación futura, la que en algunos casos (opciones) puede o no ser ejercida. Su cotización puede realizarse en mercados organizados (bolsas) o no garantizados (OTC).
La volatilidad de las variables financieras (tipo de cambio, tasa de interés, inflación, etc) provocan cambios abruptos en las cuentas no operacionales del estado de resultado llevando en sí una incertidumbre respecto del margen final del negocio. Los derivados ayudan a fijar el margen y a disminuir la volatilidad del estado de resultados a través de la contratación de productos como los forwards, los swaps y los cross currency swaps.
Las empresas que más se benefician son aquellas con gran exposición a variables financieras que pueden llegar a mermar todo el margen en caso de no ser bien administradas.
Se ofrece una evaluación sin costo para saber el nivel de exposición de la empresa.